De mi hija recien casada

13 de junio de 2007



Acostumbrados

Nos acostumbramos, a vivir en departamentos y a no tener otra vista, que no sea las ventanas de alrededor.
Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera.
Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas.
Y porque no abrimos del todo las cortinas, luego nos acostumbramos a encender mas temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.

Nos acostumbramos, a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar cafe corriendo, porque estamos atrasados.
A leer el diario en el omnibus, porque no podemos perder tiempo.
A comer un sandwich, porque no da tiempo para almorzar.
A salir del trabajo, porque ya es la noche.
A dormir en el omnibus, porque estamos cansados.
A cenar rapido y dormir pesados, sin haber vivido el dia.
Nos acostumbramos, a esperar el dia entero y oir en el telefono: "hoy no puedo ir" ,"A ver cuando nos vemos", "La semana que viene nos juntamos".
A sonreir a las personas, sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados, cuando precisabamos tanto ser vistos.
Si el cine esta lleno, nos sentamos en la primera fila, y torcemos un poco el cuello.
Si el trabajo esta complicado, nos consolamos, pensando en el fin de semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos, a ahorrar vida.
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.

Macarena y Pedro


Pd: Esto es compartir un poco la intimidad de mi hija recien casada,
pero lo encontre muy bonito y quise compartirlo con ustedes.

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4 comentarios: to “ De mi hija recien casada

 
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